anime

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lunera

El despertador sonó a las 5:30am dándole tiempo suficiente para alistarse y llegar al instituto,  que exigía a sus alumnos ser puntual a la hora de entrada la cual era a las 7:00 am; se lavo, buscó su uniforme recién planchado por su madre, uniforme que  aunque no le gustase mucho le traía muchos recuerdos, este, era un faldón  un  poco mas abajo de las rodilla, color vino tinto y ceñido al cuerpo, con mangas largas,  botines negros  mas arriba de los tobillos y el cabello recogido en una cola; en el invierno  el uniforme se usaba con chaqueta y bufanda ,  en verano  se utilizaba con mangas cortas para evitar el excesivo calor.
 Se vistió, y antes de salir, revisó su bolsa para ver si los duraznos no se habían magullado con el tropezón sufrido hacia dos noches. Efectivamente se encontraban en buen estado, decidió llevar dos para comerlos en el descanso  que les dan en el instituto. Bajó, se despidió de su hermanita de 9 años Nicole y de su padre e ignorando las recomendaciones de su madre de quedarse otro día en cama, salió, buscó un paradero de bus y tomó la ruta 15  la cual la dejaba  a 3 cuadras del instituto, mientras caminaba recordó los dos duraznos que quedaron  su bolsa encima de la mesita de noche y se sintió tentada a regresar en busca de otro de ellos, pero siguió adelante para cumplir con los horarios. Llegó y se encontró en la puerta del instituto con un peculiar personaje, la coordinadora del instituto, la Srta. Krauk, una solterona   de 49 años de edad aunque ella sostuviese que eran 36 años,  de estatura pequeña y cabellos  rubio ceniza  recogido en una cola alta que llegaba hasta la nuca baja, usaba lentes y  era de contextura gruesa.
Subió las escalas y saludó:
-Bonjour Srta. Krauk. Los estudiantes  se veían obligados a aprender francés ya que  el instituto les petites  fue fundado por extranjeros  provenientes de Francia.
-Bonjour  Srta. Kogler, llega tres minutos tarde – respondió la Srta. Krauk.
- no volverá a suceder- respondió Simone.
Entró al instituto, el cual estaba compuesto  por dos edificios altos de color gris con acabados de la época de la edad media, uno de los edificios era de administración y el otro contenía las aulas de los cursos superiores. El recinto también tenía  una planta baja donde se encontraba el jardín y algunas aulas de los estudiantes de primaria. Llegó a su salón de clases subiendo por las escaleras de mantenimiento, ya que estas eran una especie de atajo para Simone. Al entrar saludo a sus compañeros de clases los cuales no veía desde hace tres días.
-¡Hola!-dijo Simone
- ¡Simone!- respondieron algunos compañeros- nos comunicaron ayer, Lunes el por que  no acudiste a clases, nos dijeron  que habías contraído  gripe. ¿Es cierto?
- No hay nada de cierto en ello, Erick- respondió Simone a uno de sus compañeros. – fue solo un resfriado.
- Que bueno Simone- respondió Dallia.
Buscó su  asiento y colgó sus cosas  en el  fondo del salón, sacó su libro de algebra y realizó los ejercicios hechos el día anterior. En ese momento entro la profesora de artes, la Srta. Olsson. En ese instante  Simone recordó el episodio vivido  hacia apenas dos noches  bajo el árbol de duraznos y de su  conclusión de las apariencias de las cosas a la lejanía. Sonrió para sus adentros y se levantó  junto con los demás compañeros del curso.
-Bonjour  Srta. Olsson- proclamó el curso
- Bonjour clase, ayer  quedamos en una actividad ¿cierto? El salón quedo en silencio.- estoy casi segura de que nadie la hizo, y  aseguro que cada uno tiene una excusa diferente, pero como se con quienes estoy tratando,  les daré una segunda oportunidad, vayan a biblioteca y consulten la actividad.
Cuando los alumnos se disponían a bajar, una voz algo entrecortada por el cansancio interrumpió los preparativos.
- Bonjour  maestra, disculpe la tardanza, es que perdí mi autobús y me toco venirme corriendo y en el camino me pasaron muchas cosas extrañas, una de ellas fue… ¡Simone!- dijo la alumna en estado de agitación- ¡estas bien!, como me alegra por ti, mejor amiga. La profesora enfureció por la inseriedad de la alumna y  mando a todo el curso  rápidamente a la biblioteca.



AVENTURAS

Miró hacia el cielo de aquella noche del 26 de Mayo de 1983, observó la luna llena que penetraba en el paisaje nocturno y decidió alzar sus brazos hacia la noche, haciendo ademanes  de atrapar las estrellas. Susurró una frase extraña y algo entrecortada y pronto cesó la actividad. Volvió el rostro hacia el suelo y se quedo dormida. Despertó, no recordaba donde  se encontraba, miro hacia su derredor y al ver todo el paisaje que la circundaba,  reconoció el árbol de duraznos que la había acompañado toda la noche y al cual le tenía un profundo cariño, ya que este había compartido con ella su infancia y  valiosos momentos de su vida. Al instante lo recordó todo, pero prefirió no mencionar nada, ni siquiera para sus adentros e intento borrar la idea de aquellos recuerdos  en un segundo instante. Caminó en torno al árbol, contemplado  la suntuosidad   y belleza  de este, analizó desde  sus raíces gruesas  hasta  las hojas mas tiernas , vio algunos frutos hechos y comprendió que se acercaba la cosecha,  observó otros frutos frescos que habían caído al suelo y decidió que los llevaría mas tarde; siguió mirando el árbol por algunos instantes mas, luego apartó la mirada  de este  y contempló  los alrededores, al hacerlo  logró ver un charco de agua y decidió llegar  hasta allá para lavarse un poco.
Al llegar  al  charco, comprendió que no era tan pequeño como se veía  desde aquel árbol, mas bien parecía una laguna ,   y le vino a la mente las clases de arte, que le habían enseñado que las cosas a la lejanía se ven distintas de lo que son, mas pequeñas y en otros colores. Al acercarse un poco mas al charco notó  que sus aguas eran  algo turbias y que no debía lavarse allí, si embargo quiso olvidar  lo último para refrescarse la cara. Al acercarse al charco vio su rostro reflejado,  era una joven con cabellos castaños  y ondulados, su rostro era ovalado y de color trigueño, sus ojos brillantes y de color negro  transmitían alegría, ya, que ella tenia una mirada muy expresiva que combinaba perfectamente con sus labios delgados que pareciesen pintados con un pequeño pincel y oleos rosados; era delgada  y de estatura mediana, se veía animada, estaba en el esplendor de su juventud.
Lavó su rostro con  un poco de agua del charco y pensó haberlo dejado aun más sucio y se arrepintió de haber desobedecido  a su conciencia. Secó su rostro con la sobrefalda de su vestido y miró al horizonte,  se sentía plena.
Decidió volver a la sombra del árbol de duraznos e intento recoger todos los frutos que habían caído del árbol, pero desistió de la idea ya que  la mayoría de duraznos estaban magullados por el golpe. Recogió cuatro, los guardó en su bolsa y emprendió  su camino de vuelta a casa. Mientras caminaba volvieron a su mente los recuerdos de la noche anterior y reflexionó un poco acerca de lo que había pasado. Cuando se encontraba en este proceso tropezó con una piedra  y dejo caer su bolsa, y todas aquellas reflexiones fueron remplazadas  por la preocupación  de que los cuatro duraznos se hubiesen estropeado. Comenzó a llover y se apresuró en su caminata.
Llegó a su casa, colgó su abrigo en un viejo perchero y subió sigilosamente por las escaleras que conducían a su habitación. A pesar  de los esfuerzos por pasar desapercibida, sus padres la esperaban en el sofá de su habitación. Después de “tragarse en seco” el regaño de sus progenitores  por haber pasado la noche fuera de casa y  el haberse  mojado, tomo una ducha para sacarse la suciedad que físicamente sentía, aunque su alma se sintiese impecable. Agarró una toalla bordada que  le habían regalado hacia apenas tres meses por motivo de su cumpleaños. Se secó y vistió rápidamente para ir a cenar.
Al bajar al comedor encontró su comida servida, las sillas vacías y una nota que decía:
-Reflexiona.
Cenó, volvió a  su habitación y  se dispuso a realizar la acción que dictaba aquel memo. Al hacerlo comprendió la gravedad de  su error y sintió pena de imaginar cuan angustioso debió ser aquella noche en su casa. Pidió perdón a Dios por su falta y cayó rendida.
 Aquella era  Simone Kogler, una  joven de unos escasos 16 años de edad, residente en  una pequeña provincia de  Suecia llamada Halland, ubicada al sur del país, cursaba ultimo año de bachillerato  en el instituto  Les petites , este era el  de mayor prestigio en la región, Su madre Sahara Hunt  se encargaba  de las cotidianidades del hogar  y de darle la  crianza a adecuada  a sus hijas, Simone y Nicole. Su padre Rich Kogler era un gran  empresario y tenía a su cargo una importante fábrica de violines de la provincia, Ganaba lo suficiente para sostener la economía familiar y salir de vez en cuando con sus amigos.
Al despertar se sentía algo adolorida, congestionada y aturdida, motivos suficientes para que el altercado de la noche anterior se viese sustituido por cuidados y  caricias provenientes  de sus padres, los cuales se encontraban con un gran nivel de preocupación, ya que Simone tenia un alto riesgo de contraer  gripe por la lluvia que la tomó de sorpresa en su camino a casa la noche previa. Almorzó  un caliente plato de Ärtsoppa, plato típico de la región hecho principalmente de guisantes machacados hasta hacerlos puré. Se quedó dormida de nuevo y despertó  en la madrugada sintiéndose mucho mas aliviada.---> aui les dejo un poko de lo ke llevo :p.... si kieren mas solo digan  grx a tooz!

cual es tu estacion favorita?

para todos lo seguidores y mis amigos

luna

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beso