AVENTURAS
Miró hacia el cielo de aquella noche del 26 de Mayo de 1983, observó la luna llena que penetraba en el paisaje nocturno y decidió alzar sus brazos hacia la noche, haciendo ademanes de atrapar las estrellas. Susurró una frase extraña y algo entrecortada y pronto cesó la actividad. Volvió el rostro hacia el suelo y se quedo dormida. Despertó, no recordaba donde se encontraba, miro hacia su derredor y al ver todo el paisaje que la circundaba, reconoció el árbol de duraznos que la había acompañado toda la noche y al cual le tenía un profundo cariño, ya que este había compartido con ella su infancia y valiosos momentos de su vida. Al instante lo recordó todo, pero prefirió no mencionar nada, ni siquiera para sus adentros e intento borrar la idea de aquellos recuerdos en un segundo instante. Caminó en torno al árbol, contemplado la suntuosidad y belleza de este, analizó desde sus raíces gruesas hasta las hojas mas tiernas , vio algunos frutos hechos y comprendió que se acercaba la cosecha, observó otros frutos frescos que habían caído al suelo y decidió que los llevaría mas tarde; siguió mirando el árbol por algunos instantes mas, luego apartó la mirada de este y contempló los alrededores, al hacerlo logró ver un charco de agua y decidió llegar hasta allá para lavarse un poco.
Al llegar al charco, comprendió que no era tan pequeño como se veía desde aquel árbol, mas bien parecía una laguna , y le vino a la mente las clases de arte, que le habían enseñado que las cosas a la lejanía se ven distintas de lo que son, mas pequeñas y en otros colores. Al acercarse un poco mas al charco notó que sus aguas eran algo turbias y que no debía lavarse allí, si embargo quiso olvidar lo último para refrescarse la cara. Al acercarse al charco vio su rostro reflejado, era una joven con cabellos castaños y ondulados, su rostro era ovalado y de color trigueño, sus ojos brillantes y de color negro transmitían alegría, ya, que ella tenia una mirada muy expresiva que combinaba perfectamente con sus labios delgados que pareciesen pintados con un pequeño pincel y oleos rosados; era delgada y de estatura mediana, se veía animada, estaba en el esplendor de su juventud.
Lavó su rostro con un poco de agua del charco y pensó haberlo dejado aun más sucio y se arrepintió de haber desobedecido a su conciencia. Secó su rostro con la sobrefalda de su vestido y miró al horizonte, se sentía plena.
Decidió volver a la sombra del árbol de duraznos e intento recoger todos los frutos que habían caído del árbol, pero desistió de la idea ya que la mayoría de duraznos estaban magullados por el golpe. Recogió cuatro, los guardó en su bolsa y emprendió su camino de vuelta a casa. Mientras caminaba volvieron a su mente los recuerdos de la noche anterior y reflexionó un poco acerca de lo que había pasado. Cuando se encontraba en este proceso tropezó con una piedra y dejo caer su bolsa, y todas aquellas reflexiones fueron remplazadas por la preocupación de que los cuatro duraznos se hubiesen estropeado. Comenzó a llover y se apresuró en su caminata.
Llegó a su casa, colgó su abrigo en un viejo perchero y subió sigilosamente por las escaleras que conducían a su habitación. A pesar de los esfuerzos por pasar desapercibida, sus padres la esperaban en el sofá de su habitación. Después de “tragarse en seco” el regaño de sus progenitores por haber pasado la noche fuera de casa y el haberse mojado, tomo una ducha para sacarse la suciedad que físicamente sentía, aunque su alma se sintiese impecable. Agarró una toalla bordada que le habían regalado hacia apenas tres meses por motivo de su cumpleaños. Se secó y vistió rápidamente para ir a cenar.
Al bajar al comedor encontró su comida servida, las sillas vacías y una nota que decía:
-Reflexiona.
Cenó, volvió a su habitación y se dispuso a realizar la acción que dictaba aquel memo. Al hacerlo comprendió la gravedad de su error y sintió pena de imaginar cuan angustioso debió ser aquella noche en su casa. Pidió perdón a Dios por su falta y cayó rendida.
Aquella era Simone Kogler, una joven de unos escasos 16 años de edad, residente en una pequeña provincia de Suecia llamada Halland, ubicada al sur del país, cursaba ultimo año de bachillerato en el instituto Les petites , este era el de mayor prestigio en la región, Su madre Sahara Hunt se encargaba de las cotidianidades del hogar y de darle la crianza a adecuada a sus hijas, Simone y Nicole. Su padre Rich Kogler era un gran empresario y tenía a su cargo una importante fábrica de violines de la provincia, Ganaba lo suficiente para sostener la economía familiar y salir de vez en cuando con sus amigos.
Al despertar se sentía algo adolorida, congestionada y aturdida, motivos suficientes para que el altercado de la noche anterior se viese sustituido por cuidados y caricias provenientes de sus padres, los cuales se encontraban con un gran nivel de preocupación, ya que Simone tenia un alto riesgo de contraer gripe por la lluvia que la tomó de sorpresa en su camino a casa la noche previa. Almorzó un caliente plato de Ärtsoppa, plato típico de la región hecho principalmente de guisantes machacados hasta hacerlos puré. Se quedó dormida de nuevo y despertó en la madrugada sintiéndose mucho mas aliviada.---> aui les dejo un poko de lo ke llevo :p.... si kieren mas solo digan grx a tooz!
:D